lunes, 4 de febrero de 2013

La insensibilidad...al palo.


He notado que soy un poco…digamos….insensible en algunas cuestiones. Si se trata de sentimientos, todo lo referente al dolor pues no soy muy ducha en compartirlo lo cual no es un problema cuando se trata de mí. Pero cuando las pérdidas o el sufrimiento es por parte del otro lado, entonces ahí lamento no poder ser más expresiva.

A qué viene esto? Bueno, como ya se acerca San Valentín es muy común que se armen parejas, las que ya están formadas andan todos romanticosos escupiendo miel y azúcar por los poros. La otra cara de esa moneda es que también hay muchas parejas que terminan, amores frustrados, recuerdos nostálgicos de un ex etc.

El punto es que las redes sociales atestan con esas frases clichés intentando mandar indirectas bien directas acerca del dolor que la persona siente. Si bien comprendo el dolor, jamás comprenderé esas actitudes.


Verán, en parte es porque yo me crie en un contexto donde mi familia en tiempos de dolor o perdida, no estaban presentes de una forma agradable. No estaba mamá o papá palmeándome el hombro diciéndome que todo estaría bien, alentándome a que desahogue las lágrimas, etc.

Por el contrario, aprendí a sobrellevarlo sola y que el mundo no esperara a que te sientas mejor para continuar. El resultado fue que simplemente el dolor me resulta indiferente al cabo de poco tiempo.
Lo que cuento no es para hacer un drama de mi vida, ni mucho menos, francamente jamás lamente nada de mi pasado pues me hizo lo que soy, es solo para aclarar como forme parte de mi carácter.

Tener esa actitud de simplemente “sacudirse lo malo” puede ser muy bueno y útil si se sabe usar. Pero déjenme decirles que pasara mucho tiempo hasta que aprendan a utilizarlo de forma correcta, en el proceso reprimirán muchos sentimientos que más tarde se darán cuenta que hubiera sido mejor soltar desde un principio.


Y es que así soy yo, cuando me deja un novio, un amor no me corresponde, o soy víctima de una traición, mi técnica consiste en sufrir en silencio, mostrando al mundo una sonrisa.  Al fin y al cabo sé que lo superare, en un tiempo más corto o más largo.

El beneficio es que hay cosas que me importan menos, duelen menos. Como por ejemplo el hecho de que el chico que te guste te cuente que se enamoró de otra. Quizás me cueste ¿qué? ¿Una tarde? ¿Un día? En el cual llorare, me lamentare, escribiré acerca del dolor que siento,  etc.  Pero luego al otro día amaneceré como si nada, tal y como era antes de siquiera conocerlo. Similar a si formateara el disco duro.

Debido a eso siempre me causa cierto hastió ver o leer frases en Facebook como: Te dije lo mejor de mí y no supiste apreciarlo. Aunque ya no sientas lo mismo, siempre te amare y te tendré presente. Bla bla bla. Malditos deprimentes.


Pero ojo, no me refiero a quien haga una publicación puntual, o una frase que de algún modo de cierre a un ciclo de su vida o su situación. Todo el mundo esta en su derecho de liberar esas emociones contenidas y de buscar apoyo en sus seres queridos, sean amigos, familiares, etc.

Sino a esa gente que esta seis meses de novio, luego cortan, están dos años mandándose indirectas por Facebook hasta que uno se entera que el otro esta de novio con otra, y luego más indirectas de odio.  O más o menos. Entienden el concepto ¿no?

 Me refiero a esos que parece que tras un amor fallido se volvieran EMO ni que se les hubiera escapado el amor más perfecto del mundo o como si tuvieran ochenta años y pocas posibilidades de volver a amar. Tardan siglos en superar a su ex pareja, incluso más de lo que llevaban saliendo, pero eso si te hacen el minuto a minuto de su “cruel agonía” de todas las formas posibles.


¿Qué necesidad hay de hacer públicas esas quejas melancólicas? Si con hacer eso el mundo cambiara en algo, hace tiempo todos seriamos muy felices. La realidad es muy simple y muy cruel. Por mucho que ames, no siempre serás correspondido. De la misma jodida manera en la que muchas veces no podrás corresponder a quien te ame.

De modo que…evitemos el maldito drama ¿Si?  Francamente no sé qué imagen pretenden dar con esas actitudes, pero sin duda la única que reflejan es desesperación y abatimiento por algo que no es el fin del mundo. Si lo que buscan es que la gente sienta pena por ellos, la verdad es que a nadie le interesa tus dramas amorosos pues cada quien tiene sus problemas que son seguramente mucho más importantes.

En lo personal, pienso que llorar por una relación fallida no merece más de 24 hs. Horas que uno debe aprovechar al máximo para desahogarse, pero en la intimidad de nuestras mentes, de nuestro hogar. Largar quejas e indirectas por cuanta red social se aparezca solo sirve para echar leña al fuego, que la gente morbosa se entrometa con comentarios ponzoñosos, chismes, falsos consejos que en definitiva terminan prolongando el duelo que se necesita para dar por terminado un noviazgo, un amor, amistad lo que sea.

Lo que paso, pasó. Punto. A mí no me cuesta mucho entenderlo, al contario me cuesta horrores entender como hay gente que se pasa la vida llorando cuan Magdalena.

Bueno, ser así. Puntual, sencilla y directa, como ya dije, es muy útil para el ámbito de las relaciones amorosas. Pero cuando el dolor lo provoca la partida de un ser querido? Bueno ahí la cosa se pone jodidamente cabrona.

Verán, no es difícil para mí sentir empatía por el atormentado, de hecho quizás sea justamente ese el problema. De cierta forma siento lo mismo que él y es como si estuviera viviendo su situación, o mejor dicho, recuerdo como me sentía en situaciones similares y en vez de reaccionar como el necesitaría que una buena amiga lo hiciera: una palabra de consuelo, un abrazo afectuoso. Yo actuó como suelo hacerlo en esa situación…me encierro en mi misma.

Se lo que debe hacerse, lo que podría decir para aliviar un poco su pena, pero no puedo hacerlo de manera que suene convincente…o mejor dicho, que muestre alguna emoción, pues cualquier sentimiento es enterrado en lo profundo hasta que pase la crisis.

Y es mucho más difícil cuando la otra persona te resulta más importante incluso que uno mismo, cuyo sufrimiento es peor que el propio. Pensar que lo único que puedo hacer en ese caso es limitarme a estar a su lado en silencio, acompañando hasta el final, dispuesta a cualquier cosa que necesite, pero por sobre todo envidiando la capacidad de otros para llorar libremente y dejar fluir con la misma facilidad cualquier emoción, buena o mala, en el momento que se las necesite.



 Así que, este cuervo vive en la dualidad, siendo la insensibilidad tanto una virtud como una maldición dependiendo las circunstancias. Lamentándome…a veces, la verdad es que ya he vivido parte de ese tortuoso proceso que implica aceptarse a uno mismo, tanto lo bueno como lo malo.
Supongo que en cuanto a mi forma de encarar las penurias, me limitare a mejorar en lo que se pueda y sonreír ante los aspectos positivos de mi forma de ser.

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