Ser o no ser…malo.

A veces no te pasa que desearías ser una mala persona, así bien hijo de puta. No te pasa que te cansas de ayudar a las personas, de sacarles una sonrisa, porque de cierta forma eso te hace sentir bien. 

Y sin embargo, esa misma gente muchas veces no te responde de la misma forma?

Ojo, no hablo de hacer las cosas por interés, pero me vas a decir que muchas veces no esperabas aunque más no sea un simple “gracias” o un “buen trabajo” y solo has recibido un gesto de conformidad.

A veces simplemente deseas que se la jueguen por ti, como tú también te la has jugado también por ellos y sin embargo, en esos momentos siempre tienen una excusa para justificarse.

Me dirás que no has sentido que das el 100% de ti mismo en situaciones en que te necesitan y cuando has necesitado de alguien esa persona te da un 60, 70 u 80% (como mucho) de sí mismo.

No has pensado como seria estar del otro lado? Ser un egoísta que solo se preocupa por valerse a sí mismo. Acaso me vas a negar  que estarías mucho más tranquilo, sin ansiedad o angustia porque los únicos problemas que tienes son los tuyos y sabes que los resolverás a tu manera y a tu ritmo.

Y sabes que es así porque crees en ti, porque toda la vida te has valido por tu mismo sin preocuparte por otros, ni esperando nada de nadie.

Esos momentos en que desearías haber nacido en una familia de abogados corruptos de una mafia rusa y que entonces tendrías todo lo que siempre has deseado, en este instante estarías sentado en un como asiento de jefe máximo en una oficina tan grande como un colegio, fumándote un habano.

Pero no, te toco ser el bueno, el amigo de fierro, el diplomático, el estudioso.  Todo, porque desde pequeño te enseñaron que los malos nunca ganan, que ir por el mal camino siempre conlleva al fracaso, en definitiva ser malo no es bueno, valga la redundancia. Nos inculcaron un miedo casi tabulístico al respecto.

Mientas, cuántos hijos de puta disfrutan de una vida llena de lujos sin sufrir ningún castigo por parte del divino o del karma.

En lo personal…hay momentos en los que realmente desearía poder ser una mala persona. Como diría Bart Simpson: Bienvenido, a las oscuras regiones del alma.

R. Scarlett