Es un escrito viejo, del comienzo de las vacaciones pero seguro que muchos se sentirán identificados porque vamos, ¿A quien no le paso algún imprevisto durante un viaje?
Bueno en mi caso no fueron uno sino varios.
Si por cada día tuviera que sacar una lección personal, la de hoy sin duda seria: No importa cuánto quieras apresurar las cosas, o que tan rápido pretendas hacerla, la vida se encarga de traernos a la realidad y mostrarnos que tenemos que ir según su flujo, su tiempo y su ritmo...
Así comienza este relato real sobre las cosas que experimente mientras esperaba mi vuelo. Mas que nada a aburrimiento, pero a veces este puede ser el mejor amigo de la imaginación.
Una cosa que no escribí allí fue que paso después ya no lo haré porque no recuerdo con exactitud los sentimientos de ese momento y eso desentonaría en el relato. Sin embargo déjenme decirles que hasta que no despego el avión fue un infierno.
Como siempre, disfruten la lectura
Raven.
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