lunes, 17 de diciembre de 2012

La Inocencia, una amiga extraviada


La Inocencia, una amiga extraviada

De pequeños todos la tuvimos, pero ninguno fue consciente de ello, es más ni siquiera sabíamos que existía, quizás la primera inocencia que conocimos fue Inocencia Van Houten la mama de Milhouse. Por lo demás, solo era aquella cualidad que nuestros padres siempre resaltaban y catalogaban como lo mejor de ser niño/a.


A veces me pregunto porque no éramos conscientes de ello, pienso que en parte porque nuestra mente de pequeños es más simple, se enfoca solo en lo que vemos y sentimos en el momento.

También es posible que al no tener tanta experiencia del mundo adulto no podíamos comprarlo con nuestra realidad infantil y ver qué cosas teníamos que a ellos les falta. Es por eso que con cinco años, no hubiera podido definir que es la inocencia, dos décadas después puedo reflexionar lo siguiente:

“La inocencia era poder decirle a cualquiera que tu bebida preferida era el licuado porque te gustaba tanto la dulce banana como la rica leche, sin que el otro te mirara con cara de circunstancia, sin que alguien estallara en carcajadas”



Y es que si señores,  el mundo infantil es mucho más sencillo las cosas son lo que son y nada de doble sentido. Resulta que después uno crece solo para descubrir las segundas definiciones de : banana, polvo, concha, etc. Ya no se puede decir :  “¿Quieres un  pete?” y esperar que el otro no se desilusione cuando le alcanzas esa gomita en forma de chupete que fabricaba billiken.



A medida que crecemos incorporamos más conocimientos y ampliamos nuestro campo de visión ante las situaciones, también la manera de pensar o mejor dicho…mal pensar. Tener conocimientos en temas tabú como el sexo, las drogas, las controversias, pero que al mismo tiempo resultan tan atractivas y seductoras como el mismo lado oscuro de la fuerza nos hace siempre o las mayorías de las veces, torcer nuestros pensamientos para ese lado.

Como digo, de pequeño uno es más simple,  lo más atractivo y seductor que hay son las propagandas de juguetes nuevos.

Resulta curioso como al plantearme hoy en día esto, hice memoria sobre algunos programas de televisión que veía de chica. Programas que a mi madre siempre le resultaban molestos, enajenantes, un completo atentado a la moral y las buenas costumbres.



Por ejemplo, nunca caíamos en cuenta de que en “Los picapiedras” trataban temas como la infertilidad, la ludopatía, los conflictos de pareja, los arrebatos de ira. Para nosotros simplemente era -: Hey mira, tienen un perro dinosaurio!! Genial!!


Ya algo más actual y como anécdota mía, está un episodio de "Rocko Modern Life" (La vida moderna de Rocko) un dibujito que pasaban por Nickelodeon cuando realmente te podías pasar horas frente a la pantalla sin cambiar de canal porque todo era bueno.
Siendo franca, Rocko no me gustaba mucho porque no lo entendía, era bizarro, los personajes raros y  los chistes no daban gracia. O al menos eso pensaba con siete años,  hoy me doy cuenta que no es que el programa era malo, los chistes era muy adultos y doble sentidistas.
Este capítulo del que hablo, a Heffer el amigo bovino de Rocko, lo conectan a una máquina de esas para ordeñar vacas. Este se queja al principio y después pone una cara de placer, que en ese entonces me resultaba incomprensible, es más me resultaba molesto no entender cuál era el maldito chiste de esa situación.



Años después, volviéndolo a ver, entiendo otro par de cosas que en su momento pasaron por algo, por ejemplo…Heffer es macho…la maquina succiona…conclusión: Alta mamada le hicieron al torito. Quien diría que era un programa en un canal exclusivamente infantil que lo emitían en horario de la tarde.  ¿Qué pretendían con ello?

Hoy me rio y comprendo la insistencia de mi familia en que apagara el televisión y saliera a fuera a jugar. De hecho prestándole atención a los programas que ven mis hermanos/primos/sobrinos hay banda de situaciones en las que yo les hallo doble sentido, cosas que ellos simplemente ignoran y se ríen de las cosas más tontas y sencillas…PUDIN!! Jajajajaj ella dijo PU-..Y después dijo ..DIN  jajajaja



Ahhh demonios!! Como extraño esa época! Ciertamente la inocencia venia de la mano con la ingenuidad, sin embargo reíamos con mucha más facilidad, éramos más despreocupados, más sencillos, vivíamos el momento sin otra angustia más que hacer la tarea el domingo a última hora.

Pero la realidad es otra, el tiempo pasa, las cosas cambian uno cambia y el crecer es algo inevitable. Ojo tampoco es malo, todo lo contrario crecer trae consigo muchas nuevas , oportunidades, amigos y lugares.  La inocencia se va, quizás no de la noche a la mañana, quizás no después de la primera charla sobre el sexo, no después del primer video porno visto a escondidas, no después del primer beso, pero se va yendo a medida que incorporamos experiencias y va dejándole el paso a la sabiduría, a la viveza.

Nos volvemos más experto en esta vida, caminamos con confianza, usamos lo que aprendimos y cuando miramos atrás por fin podemos decir que nos reímos de esos chistes a conciencia.

Quizás la inocencia nos abandonó, pero no sé si de poderse me hubiera gustado que se quedara, si tuviera que elegir cuales aspectos de mi niñez conservar seria el espíritu infantil, ese que nos hace reírnos por cualquier cosa, no temerle al ridículo  o al “que dirán”, disfrutar a pleno cuando hacemos lo que nos gusta, festejar nuestros logros por muy pequeños que sean.

Conclusión:
 La inocencia me vale madres, la próxima vez que alguien te lo diga como cumplido mándalo a la mierda porque en el fondo te está diciendo que eres un bruto ignorante y ya vez, tu muy listillo asientes …Dahh!

….Realmente no puedo creer que al toro le hacían un pete, en serio que clase de cosas veía yo cuando era chica, ahora entiendo porque estamos como estamos.  Aun así, la década de los 90’ fue genial para haber crecido.


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